LO IMPORTANTE ES EL MENSAJE... NO LA FORMA
Desde estas líneas voy a
hablar de la comunicación en el aula. De cómo yo la entiendo. Y de cómo pongo al servicio de mis alumnos los intrumentos a mi alcance para hacerla posible, de una manera adaptada y funcional. Dando mi perspectiva como maestro tutor
de un aula concreta de EBO en un colegio de educación especial concreto.
Antes de entrar
en el detalle de mi intervención, lo primero será contextualizar y describir brevemente el grupo con el que trabajo. De esta
manera, la posterior lectura de la intervención tendrá más sentido. Mi
objetivo con esta reflexión, no es redundar sobre aspectos teóricos. Es contar
mi experiencia práctica y diaria en el área de la
comunicación y del lenguaje con un grupo de alumnos muy concreto y determinado.
Actualmente, mi aula está
compuesta por cinco alumnos con edades comprendidas entre los 13 años de la
alumna más joven y los 17 años del mayor. Los cinco tienen el diagnóstico de Trastorno
Generalizado del Desarrollo (TGD), contando tres de ellos con el
diagnóstico específico de Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).
Estos diagnósticos, junto
con sus desarrollos individuales, sus experiencias vitales y sus entornos cotidianos,
les confieren una serie de características en las tres áreas del desarrollo (comunicación y del lenguaje, relaciones sociales y flexibilidad mental y comportamental) susceptibles de intervención dada su
la necesidad específica de apoyo educativo que presentan.
A continuación,
describiré brevemente cada una de las tres áreas, enfrentando características e
instrumentos con los que cuento para trabajar las necesidades derivadas de las
mismas;
Área del lenguaje y la comunicación: En esta área nos encontramos con una lengua materna distinta al castellano en la mayoría de los alumnos. Lenguaje oral ecolálico prácticamente en su totalidad lo que compromete su funcionalidad. Nivel de lenguaje comprensivo superior al nivel de lenguaje expresivo. Mutismo casi total y por último emisión de palabras sueltas acompañadas de signos.
Las principales
herramientas con las que cuento para compensar las necesidades derivadas de
estas características son: Servicio de logopedia en sesiones individuales dos
veces por semana, cuaderno de comunicación adaptado para cada uno de ellos y un
extenso soporte visual en el aula para hacer de las imágenes palabras visibles.
Área de las relaciones sociales: La más relevante es la ausencia de problemas de convivencia. Tendencia al aislamiento. Poca espontaneidad y relaciones entre iguales poco funcionales.
En esta área, como herramientas para la intervención me gustaría
destacar el profesional de referencia, provocar e inducir la relación, modelado
y por último, supervisión y apoyo.
Área de la flexibilidad mental y comportamental: En esta área la característica principal es la rigidez en rutinas y comportamientos, pero también estereotipias ante situaciones no anticipadas, ansiedad y nerviosismo, patrones posturales y de marcha no funcionales y conductas desadaptadas y de evitación al entorno.
Entorno
tranquilo y predecible, trabajar rutinas, pero con flexibilidad, una
estructuración espaciotemporal, anticipación y planificación y un aprendizaje
por moldeamiento y encadenamiento hacia atrás son las herramientas para
compensar las necesidades derivadas de las características individuales en esta
área.
La principal conclusión
que yo he sacado, a través de mi experiencia en el aula es que su lenguaje y
forma de comunicarse, su forma de relacionarse con adultos y con iguales y sus
patrones de comportamiento más o menos rígidos son consecuencia, pero a la vez
también causa de una dificultad para interpretar, comprender y comunicarse con
el entorno que les rodea.
Una vez repasado el contexto paso a exponer la intervención en el aula. Intervención que, como no puede ser de otra manera, está dirigida a facilitar y mejorar la comunicación con su entorno.
Se actúa de manera más directa sobre el área de lenguaje y comunicación. De manera simultánea, interviniendo sobre el área de lenguaje y comunicación, actuamos también sobre las áreas de relaciones sociales y de rigidez mental y comportamental. Mejorando sus herramientas y habilidades comunicativas podrán establecer unas realaciones sociales mucho más funcionales y adaptadas. Y, a la vez, aumentando sus relaciones sociales, su forma de pensar y actuar, será poco a poco más felxible y menos rígido.
La primera es que lo importante es el mensaje,
no el canal por el que transmitir o recibir ese mensaje. La segunda es que
poner el énfasis únicamente en la comunicación hablada supone una comprensión
poco realista del espectro del autismo.
Los tres pilares sobre
los que apoyo mi intervención son: Estructura física del aula, cuaderno de
comunicación y soporte visual.
En cuanto a la estructura
física del aula, la finalidad última es dotar de significado a los
espacios. El alumno ha de hacerse una idea de lo que se espera de él
dependiendo de la zona del aula en la que se encuentre.
El cuaderno de
comunicación es de uso individual y adaptado al lenguaje comprensivo de cada
uno de los alumnos. Es su voz, y como nos pasa a cada uno de nosotros con la
nuestra, la ha de llevar a todas partes y no sólo en el aula.
Por último, al soporte y
ayuda visual le pido que haga de las imágenes nada más y nada
menos que palabras visibles.
A continuación, cuatro pinceladas que para mí son clave de cada uno de estos tres pilares
y son las que justifican su uso.
ESTRUCTURA FÍSICA
En cuanto a la estructura
física, la idea clave es la asociación que hay entre determinadas conductas y
determinados lugares. Se trata, en parte de hacer una buena planificación
ambiental que predisponga a una serie de conductas y por el contrario haga
menos probables otras.
Además, los problemas de
comunicación y la dificultad para prestar atención a los estímulos relevantes
hacen necesario el mejor control estimular posible. Por otro lado, hacer de
aula, a partir de su estructura y distribución física, un entorno predecible es
el mejor instrumento para anticiparnos a los problemas de conducta.
Para terminar, aunque es
una evidencia me parece importante destacar que la estructura física del aula
no es la finalidad última, sino que es un punto de partida en la que asentar el
resto de la intervención.
·
Zona
de asamblea y transición, en la que busco que el alumno sea capaz de anticipar.
·
Zona
de trabajo independiente, en la que el objetivo es la máxima autonomía del
alumno.
· Zona
de trabajo “uno a uno”. Zona en la que se supervisa, se afrontan nuevos
aprendizajes usando fundamentalmente la técnica del moldeamiento y
encadenamiento hacia atrás sin dar opción al error.
·
Zona
de trabajo con el ordenador, aquí además de otras muchas cosas la protagonista
es la motivación.
CUADERNO DE COMUNICACIÓN
En lo que
respecta al uso del cuaderno de comunicación, lo primero que quiero destacar es
que, a través de sus imágenes, lo abstracto se vuelve concreto. Casi al mismo
nivel de importancia, diré que lo que importa es que el alumno pueda comunicar,
pueda hacer visibles necesidades, gustos, conceptos y sentimientos que de otra
manera o no podría o sería mucho más complicado.
A través
de su uso trabajamos sobre el área de flexibilidad mental y comportamental ya
que aceptar y asumir un cambio en la rutina de turno es más sencillo si se
puede visualizar por anticipado.
He
comprobado que reduzco la pasividad consecuencia de la falta de ayudas al mismo
tiempo que refuerzo su nivel de independencia y autonomía.
Al
establecer un canal adecuado de comunicación con su entorno, se reducen muy
significativamente los problemas de conducta.
Algunas de las categorías en las que están "agrupadas" las páginas de cada uno de los cuadernos de comunicación, son:
·
Grupo
aula y profesionales de referencia al inicio del cuaderno.
·
Panel
de instrucciones con las tareas que puede tener que llevar a cabo en la clase.
·
Necesidades
básicas.
·
Apoyo
visual para la agenda diaria.
·
Conceptos
básicos de color, de número, de cantidad, de posición, de tiempo…
·
Distintos
entornos. Estamos de acuerdo en que el cuaderno es la voz del alumno durante
toda la jornada escolar, con lo que debe ir y estar preparado para el entorno
en el que el alumno esté en cada momento.
SOPORTE VISUAL
Y, por
último, aunque como dice el dicho, no por ello menos importante tenemos el
soporte visual. Recuerdo que, el objetivo principal con toda la ayuda visual
con la que “envuelvo” el aula es el hacer de las imágenes, palabras visibles.
Por un lado,
debemos tener en cuenta que en este perfil hay un procesamiento diferente de la
información según sea el canal por el que entre. En este sentido, mi
experiencia me dice que hay una mayor efectividad del canal visual sobre el
resto. Tampoco debemos olvidar que hay una mayor dependencia de la información
que entra a través de los sentidos consecuencia de las dificultades de
abstracción y simbolización.
Por otro
lado, la percepción, en este caso, visual es una muy buena herramienta para
compensar las dificultades de comprensión.
Por
último y al hilo de lo comentado anteriormente hay una clara necesidad de
sustituir en la medida de lo posible, toda la información abstracta por
información concreta.
Dicho apoyo y soporte visual influye sobre la totalidad de la dinámica del aula:
·
Planificación
diaria.
·
Agendas
individuales.
·
Organización
y distribución de las zonas de trabajo.
·
Identificación
de cada una de las zonas de trabajo en el aula.
·
Asignación
y reparto de tareas.
·
Panel
de instrucciones con el correspondiente feed black.
Hasta aquí, el repaso a la realidad de mi aula: el perfil de los alumnos y la intervención que llevo a cabo.
¿Considero que he llegado a la meta? Modestamente, no.
Modesta y humildemente pienso que debería tender hacia herramientas de apoyo a
la comunicación de “alta tecnología” puesto que ofrecen mejores
prestaciones y poseen una mayor capacidad de almacenamiento.
Pero eso
es el horizonte ideal. Lamentablemente, soy consciente de que las circunstancias que rodean al alumno y su entorno próximo y cotidiano no lo
ponen fácil;
A veces,
pasa que los recursos económicos no son los adecuados para que el alumno pueda
acceder a estos dispositivos de alta tecnología, pero también de altos precios.
Otras
veces puede pasar que el grado de aceptación y/ o adecuación a los cambios o al
uso de cierta tecnología por parte del alumno tampoco sea el que nos conviene.
También
puede pasar y hemos de asegurarnos que tanto la formación en su uso como el grado de compromiso en su correcta implantación por parte de la familia, sea el
adecuado.
Es decir y escrito en pocas palabras: alguno de estos tres últimos factores, cuando no la
suma de los tres a la vez, condicionan nuestro camino hacia
el uso de un determinado tipo de herramienta de ayuda para una comunicación
adaptada y funcional.
No obstante, sea cual sea nuestra situación en particular, la de nuestro alumno y la de su entorno próximo, no podemos ni debemos olvidar que
LO IMPORTANTE ES EL MENSAJE Y NO LA FORMA.
Buen post Pablete. Me gusta y más escuchártelo exponer a ti en la jornada sobre el "Abordaje de los SAAC para el derecho a la comunicación"... Muchas gracias por participar... Eres un gran profesional...
ResponderEliminarUna vez más, gracias a la Asociación española del síndrome de Rett, a Irisbond pero sobre todo a ti por darme la oportunidad de aportar mi experiencia desde el aula. Con compañeras como tú, es mucho más fácil.
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